El Real Consulado comunicó al Consistorio que los (dueños del sitio que ocupaba la cortina de la muralla llamada del Vall) estaban dispuestos a devolver los terrenos del Municipio por el mismo importe que habían abonado, siempre que en ellos se construyera «un paseo público con alameda», cuyo costo estaba dispuesto a sufragar el mismo Consulado.
Nacía así, lo que se denominaría Paseo de la Reina, una obra importante que sobreviviría a los conflictos políticos del siglo. Todo parecía ir bien para el citado Paseo hasta que en 1860 el Ayuntamiento recibía una reclamación de don José Feliu y Sala, exigiendo la devolución de «todo el terreno que ocupa el Paseo de la Reina, como heredero de su propietario don Félix Berenguer de Marquina».
El reclamante condescendía a que, si los citados terrenos eran necesario «para el objeto público a que los tiene destinados, se le indemnice con arreglo a legitimo justiprecio». El Ayuntamiento consideró descabellada la idea y acordaba responder, que el lugar había estado ocupado por las murallas y era propiedad de la ciudad.
El 20 de octubre de 1862, el Juzgado de Primera Instancia comunicaba al Cabildo la demanda interpuesta por «don Juan Bautista Marquina, antes Feliu y Rodríguez de la Encina... por el terreno en que está situado el Paseo de la Reinan.
Los regidores se mantuvieron firmes en «sostener los derechos del Común que administraban». Los concejales no podían creer que el citado Juan Bautista Feliu, hacendado de Benissa, con propiedades en Alicante, desconociera que el Vall era propiedad municipal, y sin tener en cuenta la reclamación le dieron toda facilidad cuando en 1863 solicitó reedificar sus casas en las calles de la Reina y Bailén, Pero la cosa iba en serio, y a la reclamación de Juan Bautista se unía la de su hermano Joaquín Feliu, presentando al Juzgado justificantes de propiedad que databan del siglo XVI.
En ellos quedaba demostrado que los terrenos habían pertenecido a al presbítero don Pedro Marquina, quien había sido autorizado para levantar a lo largo de toda la muralla antigua, «desde la Puerta de Elche hasta el baluarte de la Huerta», un Pal para la industria de hilados de cáñamo y esparto.
En 1583 el presbítero testaba dejando a sus herederos los terrenos del Pal, llegando así hasta los actuales reclamantes. En enero de 1864 el Juzgado fallaba a favor del Ayuntamiento al considerar que la demanda no presentaba el testamento original de don Pedro Marquina, sino una copia que no había podido cotejarse, «ni la Certificación del Registro de Hipotecas», mientras que el Ayuntamiento presentaba veintidós testigos asegurando que el terreno era municipal «desde hace más de cuarenta años».
Los hermanos Feliu apelaron en Valencia. En 1866 era revisada la causa. El fallo fue contrario al municipio, quien debía remitir catorce mil reales al procurador por costas y gastos. La noticia llegó a la ciudad con La Revista Comercial del 11-5-1866, y el Ayuntamiento acordaba denunciar a la revista por dar una sentencia que no era pública e interponer recurso ante el Tribunal Supremo.
La Gaceta del Gobierno del 8-3-1867 publicaba el fallo: «El Tribunal Supremo... ha desestimado, con costas, el recurso de casación interpuesto por la municipalidad... sobre reivindicación de cierto terreno que ocupa hoy el Paseo de la Reina».
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REDACTOR: Enrique Cutillas Bernal
PORTADA: www.alicantevivo.org | Copyright ©
TITULO: Rambla, propiedad particular | Copyright ©
SECCIÓN: Historias de Aquí Copyright ©
PUBLICADO EN: Diario Información | 28/12/1997 | Copyright ©
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