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ijimos en otras ocasiones que a lo largo del siglo XIX las fiestas alicantinas sufrieron diversos avatares. Algunas decaían, mientras que otras, que anteriormente estaban en segundo plano, cobraban pujanza gracias a hombres como el canónigo Pitaluga.
Centrémonos en la festividad de la Patrona. La fiesta de Nuestra Señora de los Remedios alcanzó tal importancia, que pasó de ser una de las menos subvencionada, a superar los gastos del Corpus.
REDACTADO POR: Enrique Cutillas Bernal © | SECCION: Historias de Aqui
Centrémonos en la festividad de la Patrona. La fiesta de Nuestra Señora de los Remedios alcanzó tal importancia, que pasó de ser una de las menos subvencionada, a superar los gastos del Corpus.
REDACTADO POR: Enrique Cutillas Bernal © | SECCION: Historias de Aqui
En 1878 intentaban mejorar las fiestas de la Virgen del Remedio proponiendo celebrar durante estas fechas la Feria de la Santa Faz «para animar la industria y comercio abatidos hoy».
Se quería distraer a los visitantes, «porque las numerosas personas de todas clases y categorías que durante la estación de verano concurren... a bañarse... sin encontrar distracciones ni recreos se hastían, porque echan de menos la animación y diversiones».Tres años más tarde, para las fiestas programadas en honor de la Virgen se concedían 2.500 pesetas en lugar de las 2.000 de años anteriores. Pero los gastos se dispararon y ascendieron a 6.000 pesetas, motivando las quejas de la Comisión de Hacienda.
En 1882 el Ayuntamiento aumentaba el presupuesto para atender los «gastos ordinarios y de rúbricas», y representaban zarzuelas en la fiesta de la Patrona. En 1884 se suspendían los festejos de la Virgen ante el temor de la epidemia de cólera declarada en Egipto.Cinco años más tarde los concejales votaban si se celebraban o no «los festejos de costumbre a la Virgen del Remedio» pues el reciente IV Centenario de la Santa Faz había dejado vacías las arcas municipales. Se decidía finalmente hacer fiesta, siempre «dentro de la consignación del presupuesto».
La escasez económica obligaría al Ayuntamiento a intentar conseguir fondos de otros medios, y en 1890 acordaba invitar a «las Sociedades de recreo, gremios, establecimientos comerciales y de baños, empresas de casas de huéspedes, fondas y espectáculos públicos», a que ayuden a sufragar los gastos de los festejos de «la Excelsa Patrona de Alicante».La colecta entre el comercio y los gremios no tuvo éxito, viéndose obligada la Comisión de Fiestas «a celebrar los festejos de costumbre... hasta donde alcancen los recursos».
La aportación del comercio fue tan corta que, ante la petición de la Sociedad Literaria de una ayuda para cubrir los gastos de los Juegos Florales, la respuesta municipal fue clara: que cada Comisión organizadora cubriera sus gastos. El fracaso de la iniciativa tomada por el Ayuntamiento llevó al concejal señor Sevilla, a negarse a estampar su firma en los recibos justificantes de fiestas y proponía como solución que al margen de la cantidad asignada por la Comisión, se formara «una Junta que entienda en fiestas, en la que tengan representación todas las colectividades... y concurrir todos los centros que representan algo en la población... a semejanza de lo que se ha hecho en Valencia».Pese a todo, para 1893 retornaba la vieja idea de establecer del 1 al 15 de agosto una feria que atrajera forasteros a los festejos patronales. Ese año se situaría en el paseo de Gómiz, realizando también tres verbenas “en el paseo de los Mártires y una en la Rambla. Las fiestas resultaron brillantes, pese al fracaso de la feria en pleno mes de agosto y al «no responder la iniciativa privada»,
Para 1894 el Ayuntamiento presupuestaba 2.000 pesetas para «dos veladas en el paseo de los Mártires... y que el Orfeón tomara parte en la Alborada», más un certamen de bandas de música civiles de la provincia en la plaza de toros. Este último acto no se efectuaría al inscribirse sólo tres o cuatro bandas. La Alborada es la primera vez que se cita. En 1895 se suscitaron problemas en las fiestas Patronales de la Virgen. Un grupo de concejales proponía incluir algunos actos nuevos, entre ellos, una misa de campaña” -Otros munícipes aceptaban el programa pese a la escasez de fondos porque «las fiestas son el más principal atractivo en la época de verano y pueden dar mayor vida y movimiento a la población», pero no estaban dispuestos a la celebración de una misa, a no ser que este acto fuera gratis, sin reportar costo alguno.
También nacía la idea de que, en lugar de Fiestas de Agosto en honor de Nuestra Señora del Remedio, se denominaran solamente «Fiestas de Agosto de Alicante». No sabemos si se celebraría misa, pero el cambio de nombre fue desechado.
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