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jueves, 7 de diciembre de 2023

Crónica de un comienzo

Artículo extraído del libro Historia General de la Ciudad y Castillo de Alicante.
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D e tu valor las adquiridas galas, 
Sobre tu pecho generoso muestras, 
Esmeraldas en él son férreas balas, 
Que se lanzaron contra ti siniestras, 
De tus templos están en las paredes incrustadas diciendo tus victorias, 
Hojas de hierro son, que tú no puedes arrancar sin las palmas de tus glorias. 
  •  D. José Pastor de la Roca

  • PARA VER LA PUBLICACIÓN ORIGINAL COMPLETA DEBE DIRÍJASE A LA PAGINA DEL AUTOR ALICANTE HISTÓRICA © | REDACCION: D. José Pastor de la Roca


      El Dr. D. Vicente Bendicho, en su Crónica inédita de Alicante, quiere atribuirle el nombre latino de Illice , acaso apoyado en la frase del historiador Marieta , que la titula con mucha propiedad Portus illicitanus , porque verdaderamente era el único puerto construido en el golfo ó seno ilicitano, á que dio nombre la colonia Illice , que no es otra que la moderna Elche.

    Citamos en crédito de nuestro aserto el testo latino del escritor español Pomponio Mela, quien describiendo de E. á 0. la costa tarraconense, dice: sequens illicitanus Alonem habet et Lucentiam, et unde ei nomen est Illicem. De cuyo sentido se traduce que existían tres poblaciones diversas, à saber: Loja, o si se quiere, Alone, Lucentum é Ilice; pasaje que aparece comprobado en Plinio, Ptolomeo y otros autores y geógrafos de primer orden.
    Otros asignan a Alicante el antiguo nombre de Alone y de esta opinión son Diago en sus Anales, el moro Rasis , Tarata , Abraham Orelio , Gemma Frisio , Escolano etc. Hay también quien asegure haberse llamado Alo, Alon, Alona, Aulotia, si bien todos estos nombres son procedencias más o menos corrompidas o alteradas de Alone, no faltando tampoco quien confunda entre Alicante y Elche la tan debatida palabra Illice; de cuya opinión son los cronologistas o historiadores nacionales Mariana y Florián de Ocampo. Los autores griegos la llamaron Alcanton, Alecanton, Lecanton, Ilicantos, Loucentos, Loucenti, de que resultaron las corrupciones latinas de Lucentia en Pomponio Mela, Lucentum en Plinio, Longuntia en Tito Livio, Al-cant, Al-lecant, Al-lefant , Ali-can en los árabes; con otras variantes que omitimos, remitiendo al lector al testo de la indicada Crónica de Bendicho, donde difusamente consta el choque de ese juego de opiniones , siempre oscuras y en perpetua contradicción. Nosotros, después de un estudio constante y analítico, habiendo compulsado los diversos dictámenes que brotan de ese caos inapreciable bajo más de un concepto, comprobando escrupulosamente los resultados que se desprenden del objeto y estimando en su valor hasta el más mínimo incidente, corroboramos más la idea que hemos ya emitido en el primer párrafo de este capítulo.

    El lector sin embargo puede formar, en vista de lo expuesto, el concepto que guste. Sobre la etimología de la palabra moderna Alicante, ya que nos hemos impuesto el trabajo de no omitir cosa alguna que merezca importancia, haremos mérito en primer lugar de la tradición popular que existe, alterada en diversos sentidos, como todas las relaciones tradicionales, y que á continuación trascribimos en el modo que nos ha parecido más verosímil, según el manuscrito que de ello nos habla. Era dueño del castillo un magnate moro llamado Ali-Mozelim, caudillo de gran esfuerzo y nombradia: sus hazañas y nobles prendas conquistaronle el afecto de la población entera y aun su tolerancia en favor de los cristianos, relegados à un arrabal de la villa, atrajo hacia él las más vivas simpatías en favor de aquellos restos perseguidos y mal- tratados . En uno de aquellos torneos tan frecuentes que daba la villa , donde mezcladas y confundidas ambas razas, solían jugarse al honor o al agravio y a veces al capricho de una dama las vidas de algunos caballeros, desleales a las leyes de la hermosura, bien fuese esta hija de la cruz o de la media luna; en que se hacía fastuoso alarde de proezas sin cuento, el caballero Ali, vestido de una cota de acero á escamas, como las que usaban los guerreros de las Cruzadas en la Palestina, sobrepuesta de un brillante arnés y ondeando al aire las vistosas garzotas de la celada, entró en palenque, lanza en ristre, pavoneándose ufano por el redondel con su pavés radiante al reflejo del sol vespertino y llevando alzaron de su fogoso caballo andaluz la adarga de fulgente como sus demás armas, arreos y atavíos.

    Agitose la lucha: seis contendientes mantenedores de la justa salieron de combate y el suelo humeaba con la sangre; el bravo musulmán, no hallando ya opositor, arrojó su yelmo abollado y sus armas sin detrimento a los pies de un dosel levantado en uno de los ángulos del círculo, teatro rudo del combate. Una nube de aplausos saludó al vencedor, y era premio de su hazaña una hermosura, cristiana que suspiraba de entusiasmo y de temores por el valor y la religión del héroe. Pero ¿qué importa? es una máxima recibida que el amor todo lo vence. Días después Ali respetaba las creencias de la cristiana y ella en cambio le entregaba en prenda recíproca un corazón abrasado de amor, que valía mucho. Dicen que el nombre de esta doncella, a cuyo himeneo debieron grande alivio los cristianos, era el de Gumersinda Cantarana, de progenie ilustre. La tradición miente qué esta señora ilustre renegó más adelante, pero nada de esto nos dice la memoria o manuscrito que hemos consultado, único documento que trae una pequeña idea de esta anécdota, más é menos verídica y digna de fe. Según él, la popularidad que este enlace mereció de la plaza, dio por resultado cambiar el nombre de Lucentum que hasta entonces llevara la villa, en el de Alicant y sus repetidas variantes árabes, de donde viene, alterada por el uso la moderna Alicante: peregrina etimología nacida en la cuna romántica del amor, sino merece la calificación de fabulosa.

    Otros, y en particular el rabino Samuel Bouchard, derivan la palabra Alicante de las raíces hebreas hil ( altura ) y Can ( ciudad ) de que resulta el literal sentido de ciudad-alta, ó Il-can, que traducido a la versión griega ili ó ila-cantos, quedó luego castellanizado en ALICANTE , o en su sentido más lato: ciudad elevada, sin duda tomando la parte por el todo, esto es: aludiendo al monte donde asienta el castillo, pues la elevación de la antigua ciudad no nos parece muy notable para merecer tal calificación, aunque al tiempo de cambiar el nombre de Lucentum, ya no ocupaba su primitiva posición, según se dirá luego, sino parte de là actual y el barrio que hoy llamamos la Villa Vieja al E. entre la antigua puerta de Ferriza y la Nueva. Queda pues demostrada la etimología de la moderna Ali-cante, en cuanto nos ha sido posible; habiendo esplanado las opiniones más recibidas, entre sacadas de ese cúmulo fabuloso e incomprensible que ofrecen las crónicas en la materia, de cuya mayor parte hemos prescindido, por lo mismo que, fuera de lo explicado, no aparece cosa que merezca importancia. El lector, no obstante, puede seguir, en vista de las versiones aducidas, la que le parezca más exacta.

    Texto extraido del manuscrito de Historia General de la Ciudad y Castillo de Alicante de D. José Pastor de la Roca de 1854
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    BIBLIOGRAFÍA

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    • ( 1 ) Editorial: Editorial Maxtor 
    • ( 2 ) Nº de páginas: 380. 
    • ( 3 ) Idioma: CASTELLANO. 
    • ( 4 ) Encuadernación: Tapa blanda bolsillo. 
    • ( 5 ) Año de edición: 2009.
    • ( 6 ) Fecha de lanzamiento: 17/03/2009. 
    • ( 7 ) Alto/Ancho: 15 x 10.5. 

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