Muchos son los alicantinos que reposan eternamente en el cementerio municipal de Nuestra Señora del Remedio, y muchos otros los que tenemos allí enterrados a familiares y amigos. Algo nos une con el camposanto. Con mas de cien años de historia.
Hace mas de un siglo, en 1918, Alicante era una ciudad marinera y todavía huertana, con un censo en torno a los 60 mil habitantes. El cementerio municipal de la ciudad, el de San Blas, ubicado a las faldas del Tossal (en el lugar que hoy ocupa la iglesia del barrio) se había quedado pequeño, su estado de conservación era deficiente, estaba obsoleto. Además la ciudad se expandía hacia esa zona, la necrópolis quedaba muy cerca ya de la urbe y se veía preciso cambiar su ubicación a otro lugar más alejado de la población.
Hace mas de un siglo, en 1918, Alicante era una ciudad marinera y todavía huertana, con un censo en torno a los 60 mil habitantes. El cementerio municipal de la ciudad, el de San Blas, ubicado a las faldas del Tossal (en el lugar que hoy ocupa la iglesia del barrio) se había quedado pequeño, su estado de conservación era deficiente, estaba obsoleto. Además la ciudad se expandía hacia esa zona, la necrópolis quedaba muy cerca ya de la urbe y se veía preciso cambiar su ubicación a otro lugar más alejado de la población.
Unos años antes, en 1912, previendo lo que ya se veía venir, el Ayuntamiento había adquirido unos terrenos pertenecientes a la finca rústica El Toll y situados muy a las afueras, a un kilómetro escaso de la carretera de Ocaña, la que nos conduce hasta Madrid. Era alcalde Ramón Campos Puig.
Tres años después, en 1915, se aprobó y adjudicó mediante subasta el proyecto para el cercado de los terrenos al contratista Pedro Llopis Marí, por la cantidad de 32.657’98 pesetas. Era el 11 de marzo. Seis meses más tarde, el 25 de septiembre, el citado contratista cedió sus deberes y derechos a Francisco Sogorb y Agustín Pantoja, previa aprobación municipal. Casi tres años después las obras aún no habían arrancado. En realidad faltaba un detalle que se materializó el 25 de julio de 1917: la publicación de una Real Orden aprobando la construcción del nuevo cementerio de Alicante. Ya no había ningún impedimento, así que unos meses después dieron comienzo los trabajos.
El responsable técnico del proyecto era el arquitecto municipal Francisco Fajardo Guardiola que realizó un diseño trazando cuadrículas entre las calles paralelas y colocando pequeñas replacetas en las intersecciones. El arquitecto Fajardo es responsable de muchas construcciones en el Alicante de la primera mitad del siglo XX (falleció en 1939). Suyo es el diseño del barrio de La Florida, en el que además de trazar las calles también las bautizó con nombres de estrellas y constelaciones, o el del barrio residencial de Ciudad Jardín. El desaparecido Cinema Carolinas («el Carolo») así como la Casa Manero, ubicada en el lugar que hoy ocupa la Torre Provincial (el primer rascacielos que tuvo Alicante) también fueron obra suya, al igual que el Salón España, luego cine Capitol, después Banco de Alicante y actualmente hotel frente al Mercado Central. . . . . . . Seguir Leyendo el Artículo Completo
Firmado: Benjamín Llorens
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