Íberos y romanos en la franja costera de Alicante
La configuración de la bahía de Alicante, guarnecida de muchos de los vientos que azotan el litoral y cuyos fondos arenosos y poblados de algas amortiguan las olas de los temporales, propició desde tiempos muy lejanos el establecimiento de asentamientos humanos. Estas poblaciones indígenas aprovecharon el abrigo de la rada alicantina, ceñida al norte por el Cabo de las Huertas y al sur por el de Santa Pola, para prosperar.
En el siglo V a.C., donde hoy se alza La Albufereta, se estableció un nutrido grupo de pobladores ibéricos. Dicho enclave, conocido hoy día como el Tossal de les Basses, ocupaba la cima y laderas de una pequeña loma circundada por una laguna. Más allá de las labores agropecuarias, los íberos desarrollaron una sólida y avanzada industria de la cerámica y la plata, que servía de base a sus relaciones comerciales. Según refleja el arqueólogo Pablo Rosser en el libro ‘Surcando el tiempo’, editado por el MARQ, el asentamiento amurallado contaba con un auténtico “polígono industrial”.
Para dar salida a la producción el área sur del Tossal de les Basses contaba con un embarcadero. Esta hipótesis se sustenta en las excavaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento, que sacaron a la luz un muro de alrededor de 26 metros de longitud, con diversas estancias y edificios anexos, cuya función pudo ser de almacenaje; así como varias plataformas con salientes, que pudieron servir como pantalanes.
La estructura portuaria del poblado ibérico se encuentra en el límite meridional del yacimiento. En aquella época, la laguna marina de La Albufereta se adentraba hacia el interior del barranco alrededor de 250 metros, si se toma como referencia la costa actual. Resulta factible, por tanto, que fuese utilizado como punto de amarre de pequeñas embarcaciones, mientras que la parte central de la laguna disponía del calado suficiente para el fondeo de barcos de mayor envergadura.
El periodo álgido del Tossal de les Basses se extiende entre los siglos V y IV a.C. Sin embargo, a lo largo del siglo III a.C. la ciudad de Lucentum (Tossal de Manises) le va robando el protagonismo. El declive del asentamiento pudo deberse a un aluvionamiento en época tardo-ibérica (s.III a.C.), según un estudio sedimentológico del área. Esta circunstancia impidió la comunicación marítima hacia el interior del barranco, pues se formó una restinga arenosa y tan sólo quedó un pequeño reducto marino junto a la playa de La Albufereta. . . . . . . . . . . . . . . Leer Mas
Firmado: Autoridad Portuaria de Alicante
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